No es nuestra ciudad muy pródiga en cerámica urbana.Se prefiere el metal de más o menos calidad para nuestros rótulos y de más o menos (generalmente esto último) gusto estético.Por eso cuando hay un detalle que da gusto verlo, hemos de mencionarlo.Como el de la imagen, que rotula la calle Vírgen de la Paloma, que une las calles de Magallanes y Cisneros.
Esta cerámica fue costeada por los vecinos de la calle.En posteriores reformas municipales, se sustituyó la placa de mármol con el nombre de la calle por la que luce en la actualidad, que desentona bastante, por cierto…
Que cunda el ejemplo de estos vecinos.