Laro es un mito y Corocotta un bandolero hispánico.Caen los referentes del “Pueblo Cántabro“(¡perdón!,Pueblu Càntabru).Tres investigadores de la Universidad de Cantabria ha llegado a esta conclusión.Ya era hora.A algunos creo que se les fue la mano a la hora de idealizar a los cántabros, un pueblo bastante bárbaro, por cierto.Entre los cántabros,que se lavaban con orines, y los romanos, que nos legaron el Derecho,la lengua,obras públicas,nos transmitieron la cultura griega,establecieron el germen de una Europa unida… elijo a los segundos.Gracias, Roma, por civilizarnos.¡¡Me siento romano!!
Adjunto la noticia aparecida en http://www.eldiariomontanes.es/ del día 8 de octubre pasado:
“Acaso Corocotta como tal caudillo cántabro en las Guerras Cantabas no existió. Acaso no era siquiera de estas tierras, sino de la Lusitania. Ramírez Sádaba afirma que no hay nada que sostenga el mito que le dibuja como el aguerrido líder cántabro frente a los romanos. «Desde el punto de vista romano, Corocotta era un asaltador de caminos al que el emperador Augusto le puso precio: 20.000 sextercios», señala el coordinador de la obra ‘Los cántabros en la antigüedad’. Y un historiador de la época, Dion Casio, recoge que en los funerales del emperador, donde siempre se alaban las virtudes del finado, se contó que Corocotta se presentó a cobrar la recompensa «y Augusto, ante la valentía de Corocotta, fue magnánimo, y no sólo le perdonó la vida, sino que le dio el dinero». Pero según Ramírez Sádaba no hay nada con base científica que lo sitúe en estas tierras. «¿En qué territorio de los que estuvo Augusto en Hispania se cruzó con Corocotta? No se conoce nombre de ningún jefe, para los romanos los ejércitos cántabros eran masas, no tenían líderes». En opinión de los coautores del libro, «Corocotta es un mito creado. Nosotros damos esa interpretación. Quizá algún día se revise, pero hemos ido a las fuentes, y éstas no lo dicen».
«Si se ha creado una leyenda, hay que desmontarla. ¿Quién lo hizo? ¿Schulten? ¿Es creíble? En este aspecto no, porque ha interpretado, y cuando uno interpreta se puede equivocar porque las fuentes no lo dicen», apostilló Miguel Cisneros, otro de los coordinadores.”