Unas siete mil cabezas de Ruente, Los Tojos y Cabuérniga entraron ayer en los puertos de Sejos, donde se quedarán hasta septiembre.
Un año más, y así desde 1743, ayer entraron en los puertos de Sejos casi 7.000 cabezas de ganado vacuno de montaña y caballar de carne, para aprovechar los pastos de verano en la finca de 7.500 hectáreas que administra la Mancomunidad Campoo-Cabuérniga, propiedad de los ayuntamientos de Los Tojos, Cabuérniga, Ruente y la Hermandad de Campoo de Suso. El ganado de Campoo de Suso abandonó esa misma madrugada aquellos pastizales. El ganado convivirá durante todo el verano con la fauna de los montes, jabalí y venados sobre todo.
La gran finca, situada a 1.700 metros de altitud, se encuentra en pleno corazón del Parque Natural Saja-Besaya, un paraíso en el que reina el silencio más absoluto, sólo alterado por cantos de pájaros y, desde ayer, por el sonar de los campanos y zumbas. Cada pueblo cuenta con sus correspondientes zonas del puerto, hasta donde llegan sus cabañas de vacuno y manadas de yeguas, por puro instinto y como relojes llegada la fecha.
Espectacular subida
El ganado, con las primeras horas del día, salió de los pueblos cruzando fincas y camberas, introduciéndose la mayoría por la antigua pista de Pozo Lamo. Otras cabañas no madrugaron tanto, puesto que por la tarde todavía se vieron subir por la carretera general hasta la zona de Tajayerro para coger la nueva pista, este año debidamente acondicionada hasta casi El Campanario, la caseta del guarda.
Hubo casi más políticos y visitantes que ganaderos. Hasta allí se acercaron a vivir la jornada pastoril y ganadera Ignacio Diego, Calixto García, Fernando Fernández, José María Mazón, y alcaldes de varios ayuntamientos. A la una del mediodía se celebró una misa de campaña oficiada por el párroco Diego Parra en memoria de José María de Cos, perpetuo pastor de Sejos fallecido en octubre de 1998, cuyas cenizas fueron esparcidas muy cerca del lugar, frente a un monolito que le recuerda. No faltó a la cita el actual alcalde de Cabuérniga, Gabriel Gómez.
Después de la misa se sirvió a todos los asistentes cocido montañés. Hizo una mañana extraordinaria, con panza de burra en el celaje y suave temperatura, de andar en mangas de camisa.
La gran finca, situada a 1.700 metros de altitud, se encuentra en pleno corazón del Parque Natural Saja-Besaya, un paraíso en el que reina el silencio más absoluto, sólo alterado por cantos de pájaros y, desde ayer, por el sonar de los campanos y zumbas. Cada pueblo cuenta con sus correspondientes zonas del puerto, hasta donde llegan sus cabañas de vacuno y manadas de yeguas, por puro instinto y como relojes llegada la fecha.
Espectacular subida
El ganado, con las primeras horas del día, salió de los pueblos cruzando fincas y camberas, introduciéndose la mayoría por la antigua pista de Pozo Lamo. Otras cabañas no madrugaron tanto, puesto que por la tarde todavía se vieron subir por la carretera general hasta la zona de Tajayerro para coger la nueva pista, este año debidamente acondicionada hasta casi El Campanario, la caseta del guarda.
Hubo casi más políticos y visitantes que ganaderos. Hasta allí se acercaron a vivir la jornada pastoril y ganadera Ignacio Diego, Calixto García, Fernando Fernández, José María Mazón, y alcaldes de varios ayuntamientos. A la una del mediodía se celebró una misa de campaña oficiada por el párroco Diego Parra en memoria de José María de Cos, perpetuo pastor de Sejos fallecido en octubre de 1998, cuyas cenizas fueron esparcidas muy cerca del lugar, frente a un monolito que le recuerda. No faltó a la cita el actual alcalde de Cabuérniga, Gabriel Gómez.
Después de la misa se sirvió a todos los asistentes cocido montañés. Hizo una mañana extraordinaria, con panza de burra en el celaje y suave temperatura, de andar en mangas de camisa.
Tomado de http://www.eldiariomontanes.es/