La Catedral de San Esteban (en alemán Stephansdom) es la iglesia principal de la Archidiócesis de Viena (Austria) y la cátedra de su arzobispo, Su Eminencia Christoph Schönborn, O.P. Está situada en la plaza Stephansplatz de la capital austriaca.
La catedral se alza sobre las ruinas de dos antiguas iglesias, tratándose la primera de ellas de una parroquia consagrada en 1147. Símbolo religioso más importante de Viena, la catedral ha sido testigo de multitud de eventos de la historia de dicha nación y es hoy día uno de los símbolos más reconocibles de la ciudad.
Descripción
El estilo románico-gótico que muestra en la actualidad fue iniciado por el duque de Austria Rodolfo IV.
Las partes más antiguas de la catedral, el pórtico del gigante (Riesentor) y las torres de los paganos (Heidentürme), son románicos. La reconstrucción gótica tuvo lugar entre 1304 y 1433, cuando se levantaron las tres naves, de 107 metros de longitud, y el campanario, de 137 metros de altura.
La torre del norte, inacabada, con una altura de solo 68 metros, se cerró en 1579 con una cubierta renacentista. En tiempos de Contrarreforma la catedral fue provista de adornos barrocos.
El pórtico románico está flanqueado por las dos torres de los paganos, ambas de 64 metros de altura. En el interior de la catedral se construyó, a finales del siglo XV en la nave lateral derecha, la tumba del emperador Federico III de Habsburgo.
Anton Pilgram, el maestro de obras de la catedral, creó en 1515, un púlpito de siete bloques de arenisca en los que esculpió bustos del papa san Gregorio I Magno y de los santos, Agustín de Hipona, Jerónimo y Ambrosio. Sobre ese pupitre el maestro Pilgram se retrató a sí mismo asomando la cabeza por una ventana.
A finales de la Segunda Guerra Mundial, la catedral fue gravemente dañada. El techo se quemó y la campana (Pummerin) cayó al suelo. La población respondió rápidamente a la llamada de donativos y la reconstrucción avanzó rápidamente, de manera que la catedral pudo ser reabierta poco tiempo después.
La catedral se alza sobre las ruinas de dos antiguas iglesias, tratándose la primera de ellas de una parroquia consagrada en 1147. Símbolo religioso más importante de Viena, la catedral ha sido testigo de multitud de eventos de la historia de dicha nación y es hoy día uno de los símbolos más reconocibles de la ciudad.
Descripción
El estilo románico-gótico que muestra en la actualidad fue iniciado por el duque de Austria Rodolfo IV.
Las partes más antiguas de la catedral, el pórtico del gigante (Riesentor) y las torres de los paganos (Heidentürme), son románicos. La reconstrucción gótica tuvo lugar entre 1304 y 1433, cuando se levantaron las tres naves, de 107 metros de longitud, y el campanario, de 137 metros de altura.
La torre del norte, inacabada, con una altura de solo 68 metros, se cerró en 1579 con una cubierta renacentista. En tiempos de Contrarreforma la catedral fue provista de adornos barrocos.
El pórtico románico está flanqueado por las dos torres de los paganos, ambas de 64 metros de altura. En el interior de la catedral se construyó, a finales del siglo XV en la nave lateral derecha, la tumba del emperador Federico III de Habsburgo.
Anton Pilgram, el maestro de obras de la catedral, creó en 1515, un púlpito de siete bloques de arenisca en los que esculpió bustos del papa san Gregorio I Magno y de los santos, Agustín de Hipona, Jerónimo y Ambrosio. Sobre ese pupitre el maestro Pilgram se retrató a sí mismo asomando la cabeza por una ventana.
A finales de la Segunda Guerra Mundial, la catedral fue gravemente dañada. El techo se quemó y la campana (Pummerin) cayó al suelo. La población respondió rápidamente a la llamada de donativos y la reconstrucción avanzó rápidamente, de manera que la catedral pudo ser reabierta poco tiempo después.