Anton Raphael Mengs

Anton Raphael Mengs.Autorretrato.Dresda , Staatliche Kunstsammlungen, Gemäldegalerie Alte Meister

Anton Raphael Mengs (Aussig, Bohemia, 1728 – Roma, 1779), conocido también como Antonio Rafael Mengs, pintor neoclásico y teórico checo cuya obra se desarrolla fundamentalmente en España.
Nacido en Aussig (Bohemia) en 1728. Se formó en Dresde bajo la dirección de su padre, Ismael Mengs; el padre, era un judío oriundo de Copenhague, tan apasionado por su oficio de pintor que inmediatamente después del nacimiento del niño determinó que éste seguiría sus pasos. Y en lugar de colocarlo bajo el patronazgo de un bíblico patriarca, el recién nacido recibió los nombres de Anton (por Anton Correggio) y Raphael (por el genio máximo del Renacimiento italiano). Bajo la rígida férula del padre el niño se vio obligado a jugar sólo con pinceles y telas. A los trece años, arrastrado a Roma, hubo de copiar, bajo duras sanciones, a los grandes maestros. Tres años duró esta ascética formación, acabados los cuales el verdugo se trasladó con el ya joven a Dresde, donde aquél era pintor de cámara. Allí el hijo obtuvo del elector de Sajonia una beca que le permitió desligarse del padre.

Pintor del rey Augusto III de Polonia desde 1746, volvió de nuevo a Italia en 1748, donde alternó la actividad artística con la difusión de sus ideas estéticas de retorno a la antigüedad clásica (escribió la obra Reflexiones sobre la belleza). No tardó en renunciar a su fe israelita y bautizarse católico para casarse con Margherita Guazzi.

En 1761 pintó, en el techo de la Villa Albani, en Roma, el fresco de El Parnaso, que se convirtió en un manifiesto del neoclasicismo por su evidente empleo de soluciones tomadas de los maestros del Renacimiento, en particular de Rafael. Sus frescos fríos, de colores desvaídos y desprovistos de emoción, según el gusto de la época, triunfaron sobre los de Tiépolo, a quien Mengs consiguió arrinconar. También trabajó como retratista.

Amigo de Winckelmann, se consagró al estudio del clasicismo antiguo. Estudió las ruinas descubiertas de Pompeya y Herculano y residió en el reino de Nápoles, donde pintó el retrato de la esposa del rey, el que será Carlos III de España, con quien intima y de quien acepta la invitación para viajar a España, contribuye a la fundación de la Academia de las tres nobles artes de San Fernando, al embellecimiento del Palacio Real y en 1766 es nombrado pintor de cámara. Contribuyó también a poner en marcha la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara.

En 1776, sintiéndose enfermo, marchó a Roma en donde falleció, víctima de la tuberculosis, el 29 de Junio de 1779.

Fue el pintor más famoso y mejor considerado de su tiempo y ejerció en sus coetáneos una influencia notable. En la actualidad, más que sus obras históricas y alegóricas se valoran los retratos que realizó para numerosas cortes europeas.

Su repercusión en el arte español fue notable, especialmente en la corte de Madrid. A su sombra despuntaron los Bayeu, y también intervino para que Goya obtuviese un primer empleo en la capital.

Como institución heredera de las colecciones reales, el Museo del Prado alberga un importante grupo de cuadros de este artista, mayormente retratos si bien destaca una monumental Adoración de los pastores, pintada sobre tabla y recientemente restaurada. La Academia de San Fernando posee un retrato suyo muy singular, La marquesa de Llano, donde el vestido tipo “maja” y la expresión jovial aligeran el efecto acartonado habitual en los retratos neoclásicos. El Palacio de Liria alberga otras obras suyas, entre ellas un Autorretrato.

(Información obtenida de Wikipedia)

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