De origen alemán, Hans Memling se formó sin embargo en la tradición holandesa, especialmente según los tipos de Rogier van der Weyden, a cuya calidad puede equipararse, incluso a la obra de Bouts. Se ha considerado como posibilidad que Van der Weyden fuera su maestro durante la etapa alemana. Suavizó y dulcificó los tipos de su maestro, mucho más ásperos y dramáticos, por lo cual sus obras están impregnadas de un hondo sentimiento emocional. Predominan en su catálogo las composiciones religiosas, de exquisitos acabados y fina sensibilidad, pero no hemos de olvidar sus retratos de personajes importantes en su ciudad. Estos retratos fueron facilitados por la alta posición de Memling, quien figura como uno de los más ricos comerciantes de Brujas, puesto que su taller era uno de los más activos. Entre su clientela contó con algunos particulares italianos afincados en Brujas temporalmente, lo cual permitió la difusión de sus esquemas y modelos por el norte de Italia. Su estilo varió poco a lo largo de su vida, lo que dificulta la clasificación cronológica de su producción, frecuentemente sin fechar.