Foto:Juan Montañés
El quejío es una manera de cantar, un “ay” profundo y prolongado que se inserta en la copla flamenca, añadiendo intensidad y carácter al cante. Dramáticos, profundos y lejanos, resuenan como un grito de dolor y expresan la esencia más verdadera del flamenco: una pena interior comunicada en forma artística.