Alfonso VIII de Castilla, en unión de su mujer Doña Leonor, otorgó el día 11 de julio de 1187 el Fuero a Santander, otorgándoselo al Concejo de la Villa y denominándole de San Emeterio.
Por dicho Fuero se concedía, entre otros privilegios a los moradores de Santander vivir todos bajo un solo y mismo Fuero; no reconocer por Señor más que al Abad del Monasterio y que cualquier noble ó dignatario de la Villa tuviese el mismo Fuero y no otro alguno.
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