“…La época a la que se refiere el escritor nada tiene que ver con la actual, cuando es tan frecuente ver a las madres de toreros hasta en los tentaderos, donde van prepararse para la temporada. Entonces tenía a gala permanecer encerradas en sus casas. Esta otra cara de la Fiesta, como dice el propio título de la serie, era la de “las que se quedan rezando…”