Ataúlfo Argenta. Argenta a secas. El Festival Internacional de Santander le debe su existencia, pues fue quien se empeñó con afán en convencer a las autoridades para que una orquesta nacional tocara en un lugar de paso público, la Porticada. Entre el 1 de agosto y el diez del mismo mes de 1953, Argenta dirigió con gloria en aquel teatro portátil de madera las nueve sinfonías de Beethoven.