10 SEÑALES DE QUE CRECISTE EN SANTANDER

desdesdr:

1. Sabes que hay vida más allá de los sobaos.

Que sí, que están muy buenos, pero existen otros dulces también muy ricos como, por ejemplo, la quesada. Es más, no entiendes muy bien por qué tanto revuelo con los dichosos sobaos habiendo rabas.

2. Alguna vez tuviste una camiseta con unas enormes letras verdes que dicen ‘Pryca’.

Probablemente sobrevive, ya casi transparente, tras la puerta del garaje o ha mutado en forma de trapos.

3. Has llevado espais, subido cuestas pindias y tenido por lo menos una compañera de clase que era una raquera.

Ni se te ocurre reemplazar esos términos por “zapatillas de deporte”, “empinada” o “maleducada”.

4. Santificas las hogueras de San Juan y los fuegos de Santiago

Es casi imposible que te los pierdas. Eso sí, ya no vas ni a Pinares ni a Peligros y, ¡por fin!, has dejado de mezclar el calimocho en bolsas del Lupa.

5. Al pasar por la Plaza de Pombo te acuerdas de cuando bajabas a cambiar cromos.

Bueno, más bien de cuando tu padre bajaba a cambiar cromos con los otros padres mientras todos los niños y niñas jugaban al fútbol o saltaban a la comba.

6. No puedes olvidar a los leones que vivieron junto al mar en el Parque de La Magdalena.

Tampoco a los camellos que paseaban turistas por la campa donde ahora se hacen los conciertos, ¡ni a los canguros y bambis de Mataleñas!

7. Defiendes a muerte que los mejores helados del mundo son los de Regma.

¡Y los más grandes también! Si eres sincero sabes que quizá no son los de mayor calidad de Santander pero te da igual. Impresionan a cualquier visita y además no la dejan con hambre. Son sencillamente perfectos y no encontrarás en el mundo otros igual.

8. Entre las prendas de tu vestuario adolescente había un par de botas Salomon o una cazadora Spider y/o Columbia.

O por lo menos así lo deseabas.

9. Te gusta jugar a palas en la playa y ver el puente de Bikinis te trae muy buenos recuerdos.

¡Cuántas veces no saltarías tú de aquel pequeño espigón!

Jugando a palas en Santander – Autor de la imagen: Albert Torelló

10. No se te olvida que aunque ya no esté Cioli se bañaba en el Cantábrico todos los días del año lloviera, tronara o hiciera sol.

Durante sus chapuzones salvó a más de 140 personas que se sepa. ¡Ese sí que era un héroe y no los de las pelis de Antena 3!

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