En Santander se dice: “eres como Pichucas el del muelle”. Pedrín, que así se llamaba, fue uno de los vagabundos que frecuentaban “la machina de Santander”. No trabajaba en nada,deambulaba por el muelle acercándose al embarcadero para pedir dinero y comida a los pasajeros y tripulantes de los barcos amarrados.
Este curtido y malhumorado hombrezuco era el centro de las burlas de la gente. Al pobre Pedrín sólo le defendían las cargadoras y pescateras de los barcos a las cuales siempre estaba dispuesto a hacerlas todo tipo de recados.Dicen que estuvo casado con “La Matacocos” por el procedimiento del botijo.