A mediados del siglo pasado Molnedo era una ensenada irregular que arrancaba a partir de la calle Lope de Vega y en la cual desembarcaba el arroyo procedente de la vaguada de Tetuán. Allí se instaló un lavadero y la fuente llamada de los Diez Caños, de la que tomaban agua los barcos menores así como las poco numerosas gentes del lugar ya que la ciudad aún no había rebasado este punto en su expansión hacia el Este.