La pantoja es una jerga gremial que utilizaron los canteros de Cantabria y muy especialmente los canteros de Trasmiera. El lenguaje está compuesto en su mayoría por giros pseudo vascos o vascos, ligeramente deformados. En su origen esta jerga fue introducida por los canteros de Marquina (Vizcaya) que trabajaron en muchas ocasiones con los de Trasmiera. Fueron introducidos en dicha jerga no sólo aquellos vocablos específicos del trabajo de cantería sino giros de otra índole y de un habla popular cotidiana. La mayoría de las voces quedaron, con el uso, más o menos alteradas entre los canteros trasmeranos. Algunas de las palabras de la pantoja fueron recogidas y copiadas por el vulgo ajeno al oficio de los canteros, pero en general no afectó mucho al lenguaje popular montañés. En la actualidad esta jerga está casi perdida en lo que se refiere a su uso y recuperada en parte gracias a los trabajos de los lingüistas.