Arquitecto (Laredo, 1844–1919). Nació en 1844 en Laredo. Se licenció en 1869 en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid, aquel año obtuvo la plaza de arquitecto provincial de Orense. Destacó desde un primer momento por su brillante preparación artística y técnica, siendo uno de los primeros arquitectos en aplicar en sus obras complejas estructuras metálicas. No obstante, continuó en todas sus obras con el repertorio eclecticista, utilizando un lenguaje formal que va del neogótico para sus proyectos religiosos hasta el neomudéjar o el clásico para sus obras civiles. En 1870 fue designado arquitecto municipal de Málaga. Allí intervino en la construcción de, entre otras obras, el Mercado de Alfonso XII (1873), construido en el solar de las antiguas Atarazanas árabes, de las que aprovechó un arco de herradura como novedad restauradora; la Plaza de Toros de la Malagueta (1874); y, en el ámbito del urbanismo, proyectó los ensanches de la calle Larios y la Prolongación de La Alameda. En 1883 obtuvo el cargo de arquitecto jefe de la Primera Sección de Obras Municipales de Bilbao, puesto del que dimitió en 1886. En la capital del Nervión proyectó edificios emblemáticos como la sede del nuevo consistorio (1883-1891) y el Teatro Arriaga (1885); y otros como las Escuelas Públicas de Albia (1886) y la iglesia parroquial de Ortuella.
En Cantabria, Rucoba firmó importantes trabajos, entre ellos, el nuevo cementerio en el sitio de la Ballena, en Castro Urdiales (1893); el nuevo convento y la iglesia de la Visitación de las Salesas (a partir de 1898), en Santander; el desaparecido Palacio Episcopal, en Santander (Rucoba fue arquitecto diocesano desde 1900); la reforma del Palacio de Demetrio Herrero (hoy ayuntamiento), en Torrelavega; y las escuelas del Doctor Velasco de Laredo (1908). También fue director de obras y encargado de adaptar el proyecto de sede del Monte de Piedad, concebido por el arquitecto catalán Lluís Domènech i Montaner (1905) para Santander. Falleció en 1919. (Fuente: Gran Enciclopedia de Cantabria)