La Batalla de Guadalete, que tuvo lugar en el mes de julio del año 711, marca el comienzo de la conquista musulmana de la península Ibérica. Allí, cerca de la actual ciudad de Jerez, se enfrentaron las tropas del rey visigodo don Rodrigo con las tropas de Tariq, lugarteniente de Muza; dicha tropas estaban formadas por musulmanes bereberes procedentes del norte de África.
Los musulmanes penetraron en la Península Ibérica mediante la permisividad de la facción visigoda enfrentada a Don Rodrigo. Entre los personajes que colaboraron con los musulmanes hay que destacar al metropolitano de la Bética, Oppas, y al gobernador de Ceuta, don Julián.
La rápida conquista de la Península Ibérica se debe en gran parte al proceso de desintegración del reino visigodo propiciado por las luchas internas entre facciones de la aristocracia. La monarquía visigoda era de carácter electivo lo cual predisponía a que en la elección de un nuevo monarca surgieran rivalidades y discrepancias, solventadas en la mayoría de las ocasiones con disputas bélicas.