1813:liberada la ciudad la víspera de San Juan se corrieron, sin autorización del Municipio, dos bueyes de soga

 

Apenas liberada la ciudad, la víspera de San Juan en 1813 se corrieron, sin autorización del Municipio, dos bueyes de soga. Pudo haber acarreado esta fiesta un serio conflicto, porque, organizado el festejo por el propio comandante de armas, don Francisco Manglano, que actuaba por sí y ante sí, como en plaza conquistada y menospreciando el
fuero municipal, los regidores se sintieron lastimados en sus prerrogativas. No era la primera vez que se produjeron fricciones violentas entre el fuero militar y el civil. Los regidores tenían, como vulgarmente se dice, «entre ceja y ceja» al brigadier Manglano y a un don Pedro Luis de Quevedo, que ejercía de sargento mayor en la plaza, individuo arro-
gante y arbitrario, que se empeñaba en crear conflictos a la municipalidad, a la que trataba desdeñosa y amenazadoramente. «Ni por ser día de labor, desperdiciando el tiempo de las gentes, ni porque los franceses hayan usado de este regocijo en casos semejantes -decían los capitulares-, porque ni aun en esto queremos imitarles, si su señoría quería hacer la gestión que sea propia de su empleo». Amenazaban con hacer dimisión de sus cargos y con recurrir ante el general Castaños.

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