Es tan famosa por su antigüedad esta población, entre las demás de aquella comarca, que los habitantes dicen haber sido fundada por Noé. Su forma es prolongada, en el interior llana, rodeada de muros por todas partes, y por el lado de tierra es de difícil acceso, a consecuencia de la profundidad del foso, aunque sin agua. Disfruta este pueblo de saludable temperatura. Posee siete ricas fuentes, unas dentro de sus muros, otras fuera, de perpetuas y limpidísimas corrientes, que dan a los ciudadanos cuanta agua necesitan para la necesidad o el recreo. En la misma plaza hay dos, la de Santa Clara y la de la Ciudad. Fuera, cerca de la iglesia de San Nicolás, brota de un elevado peñasco la más abundante y célebre de todas, llamada vulgarmente de Becedo. De ésta beben la mayor parte de los habitantes, así nobles como plebeyos, por la fama de sus excelentes y maravillosas virtudes. Pues aseguran que en invierno está muy caliente y muy fría en verano. La cuarta está cerca de San Francisco y se llama de la Bóveda; la quinta es la del río de la pila, y la sexta se llama de molinedo. Estas dos últimas sirven especialmente para los mora.- dores de la calle de la mar. En ella habitan los que se dedican a la pesca, que son muchos, por hallarse en este puerto increíble y prodigiosa cantidad de peces. Tiene esta ciudad siete puertas: San Nicolás, San Pedro, Atarazanas, San Francisco, La Sierra, Santa Clara y el Arcillero. Posee soberbios edificios, unos de piedra, otros de madera. Hay dos monasterios, ambos de la Orden de San Francisco, uno de frailes de San Francisco, otro de monjas de Santa Clara.
Guía de Santander, de José Simón Cabarga01