La fuente de Cacho del Sardinero Manantial propio y rico.
Hubo en la población gran escasez de agua en 1877 y 78. El ayuntamiento, de acuerdo con el ferrocarril del Sardinero, respecto al precio, decidió trasvasar la de Cacho a un gran depósito, situado junto a la plaza de Cañadio. Para ello se añadió al tren un vagón donde se colocaron las “pipas”, en cuya forma eran trasladadas a dicha plaza. Se transportaron este año dieciséis pipas y el siguiente aumentaron a cincuenta y seis. (El Eco de la Morztaña, 14-VII-1878 y Boletin de Comercio, 25-VIII-1877.) En 1879, se presentó al ayuntamiento un proyecto del ingeniero don Luis Quintanilla para la traída provisional de aguas de la fuente de Cacho. El presupuesto ascendía a más de treinta y un mil pesetas y podría darse a la ciudad “tres mil herradas” de agua diarias. Fue deshechada la idea, por salir más económica la de otros manantiales más cercanos. (Boletin Comercio, 1-1-1879.)
Esta conocida fuente de todos los montañeses es la única que subsiste y con su copluca popular. . .
Dime dónde vas morena ,
tan pronto por la mañana.
Voy a la fuente de Cacho
a beber un vaso de agua,
que me han dicho que es muy buena
beberla de madrugada.
En febrero de 1886, siendo alcalde don Marcelino Menéndez, por suprimir el ayuntamiento algunas fuentes públicas, se originó un motín en la ciudad que duró seis horas, con varios asaltos y destrucción de otras fuentes, por los amotinados. La prensa lo tituló “La gran algarada”. (El Atlántico. 17-11-1886)
Rafael Gutiérrez Colomer
