La construcción de este mercado santanderino fue impulsada en el año 1839 por el alcalde de Santander, José María López-Dóriga, con diseño del arquitecto municipal Antonio Zabaleta. La construcción del mercado se llevó a cabo entre los años 1839 y 1842, frente a los arcos de López Dóriga, ocupando dos de las manzanas del Ensanche, la principal zona ganada al mar por la villa. Se considera este Mercado como uno de los primeros ejemplos de “galerías” edificadas en España para uso comercial, ya que se articula como un entramado de vías trazadas reticularmente a modo de calles cubiertas, dividiendo claramente el espacio que ocupan los diferentes puestos de venta y las zonas de paso; además la estructura está pensada para guardar unos estándares de iluminación y ventilación muy avanzados para espacios de este tipo en su época; así pues el valor de este edificio reside no tanto en su valor estético, ya que es un edificio sencillo, sino en su avanzado diseño respecto a la época en que es construido.
El Mercado del Este recibió este nombre por encontrarse en la zona de ensanche que en ese momento avanzaba hacía en este del casco antiguo, y por su posición relativa al otro gran mercado de la ciudad, el mercado de la Esperanza, situado detrás del Ayuntamiento de Santander, en la plaza de la Esperanza.
El mercado tiene una única planta de geometría rectangular, de 40 metros de ancho por 60 metros de largo, lo que dan una superficie de 2400 m².
En el año 1986, el Mercado del Este fue declarado bien de interés cultural.
En el año 2000, el Ayuntamiento llevó a cabo una polémica demolición y posterior reconstrucción del mercado conservando escasos elementos originales.
Hoy en día alberga diversos negocios relacionados con el sector servicios. En él se hallan, además de una oficina de información turística, varias cafeterías, tiendas de diversas índoles (regalos, floristería, productos delicatessen, etc.) y el Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria.