Tradición cervecera santanderina:desde 1785 a 1979 hubo fábricas en la ciudad

Desde 1785 a 1979 hubo fábricas en la ciudad

DIEGO RUIZ / El Diario Montañés

En la historia de la ciudad de Santander hay un amplio capítulo dedicado a la cerveza y, sobre todo, a un nombre: la Cruz Blanca, una gran fábrica que se instaló en el año 1860 en la calle San Fernando y desapareció en 1979. Una empresa que desde Santander se expandió por todo el país para llevar después su cerveza por el mundo.

Hay que remontarse al año 1783 para conocer la primera cervecera que se ubicó en la capital cántabra. José de Zuloaga abría, con la ayuda de dos expertos ingleses, una fábrica en Becedo. En 1786 surgía la segunda fábrica santanderina. El conde de Campogiro, Antonio del Campo, inauguraba su cervecera en Cañadío. En 1790 lograba, además, el título de real. Clara Lienzo y su esposo, Francisco Javier Martínez, creaban casi al mismo tiempo, en el barrio de Miranda, una fábrica que en 1792 pasó a manos de Juan González Arce. La cuarta en llegar, y que tendría un papel relevante con el paso de los años, fue La Austriaca de Cervezas que abría sus puertas en Campogiro (Peñacastillo) en 1797. Cuenta la historia que a comienzos del siglo XIX las cuatro cerveceras santanderinas repartían su producción, además de por España, en Cuba, Louisiana, México y Venezuela.

Pero el año importante para el capítulo de la historia cervecera en Santander es el 1860, cuando se instalaba en la calle San Fernando la Cruz Blanca, de la mano de la empresa suiza Matossi, Franconi y Cia. Todavía tres años más tarde, cerraba este capítulo la empresa Gutiérrez y Cia, la última fábrica que se creó en la entonces capital de La Montaña. En 1890, la Cruz Blanca ya atesoraba numerosas medallas y diplomas: Reino Unido, Francia y Bélgica elogiaban la calidad de la cerveza que se destilaba en la calle San Fernando, en uno de los edificios más bonitos y singulares de la ciudad y que hoy ocupa, recordando su importancia para la sociedad cántabra, la Plaza de las Cervezas.

 

La fusión

Hacia 1875 solo sobrevivían cuatro empresas que pasaron a ser dos cuando La Austriaca (1897) y Cruz Blanca (1909) se convertían sociedades anónimas. La primera, además, adquiría Cervezas San Juan, de Valladolid, en 1912. Dos años más tarde se fusionaban ambos negocios bajo el nombre de Cervezas de Santander, aunque mantendrían sus propias marcas comerciales.

La adquisición de nuevas fábricas continúa en 1922 con la compra de La Gaditana (Cádiz), La Leonesa (1924), El Gallo (Salamanca-1930), Santa Bárbara (Madrid-1932) y Gambrinus (Valladolid-1938). De por medio se había inaugurado una planta en Vigo. Tras la guerra continuó la expansión de la Cruz Blanca: adquiría Santiponce (Sevilla-1962) y Franguelo (Málaga-1976) y creaba nuevas fábricas en Cádiz (1991), Gerona (1964) y Madrid (1965). Su última adquisición fue la absorción de la Cervecera del Norte S. A., con fábricas en Bilbao y Valencia. La entrada de capital extranjero hace desaparecer La Austriaca y Cruz Blanca solo se comercializa en Santander, Valladolid y Cádiz hasta su desaparición, aunque nacen las marcas Breda, Miss Black y Skol. En 1979 cierra la fábrica de San Fernando.

Cuartos y medias

Como anécdota hay que reseñar que los cuartos y las medias de Cantabria, tercios y quintos en el resto del país, son una herencia de la Cruz Blanca que vendía su cerveza en envases de cuarto y medio litro.

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