En enero de 1853 el semanario El Huérfano publicaba el informe dado por el arquitecto Manuel Gutiérrez sobre el proyecto de reformas y ensanche de la ciudad propuesto por el arquitecto titular del Ayuntamiento, Ignacio María de Michelena. Fue éste, tal como nos ilustra Simón Cabarga, quien reformó el plano de Chávarri e hizo una nueva demarcación de la ciudad. A él se debe la demolición de la muralla de Traslacava, situada al norte de la huerta del Instituto, y el informe sobre el nuevo alumbrado de gas de la ciudad.
El dictamen de quien luego sería también arquitecto fontanero del Ayuntamiento, Manuel Gutiérrez Vélez,(nombrado igualmente algún tiempo catedrático interino de Dibujo Lineal aplicado a las Artes,cargo al que renunció por haber sido nombrado arquitecto provincial) tiene el interés de ofrecernos el proyecto de reforma de la ciudad
cuando ya se había iniciado la mitad del siglo. Gutiérrez Vélez, en el tiempo en que fue arquitecto municipal, de 1855 a 1860, realizó lasobras de prolongación de Hernán Cortés y proyectó el camino al Sardinero por la costa.
En el informe que reproducimos preconiza la alineación y ensanche de las calles evitando cuestas. A su juicio, las dos vías importantesde comu nicación Este a Oeste debieran trazarse a través de Atarazanas y de los Remedios, y proyecta el camino de circunvalación de la ciudad y la continuación del muelle. Igualmente indica las posibles comunicaciones del “Santander de abajo” con las dos colinas de la calle Alta y del Paseo del mismo nombre. Pero quizá lo más curioso del informe sea su idea de que debiera haberse mantenido en la ciudad un sistema de canales interiores, convirtiendo a Santander en otro Rotterdam.
Benito Madariaga, La vida en Santander a madiados del siglo XIX