Don Adolfito, el Loco del Violín, delgado como don Quijote, a quien un desdichado amor lo apartó de una ilustre familia y de su sano juicio y que vivía tocando el violín por las calles.
Un seguidor nos contó que a su muerte, el violín apareció en una tienda del casco viejo y que resulto ser un Stradivarius de un valor incalculable y que nunca se sabrá como llego a sus manos .