A partir de 1798 empieza a delimitarse la zona que pasaría a ser la Alameda Primera, situada frente a los almacenes de cordeles, cuerdas y demás pertrechos marinos de Juan de Isla. A principios del siglo XIX se impidió el paso de carros y bueyes, se pusieron los primeros bancos y grandes árboles que dieran sombra, además de una fuente ornamental en forma de cascada. En su parte norte se construyó el barrio de La Florida, convirtiéndose el área delimitada por las calles Cervantes, Concordia (actual calle Cisneros), Magallanes, Isabel la Católica y la propia Alameda en una zona residencial. La actual calle Rubio debe su nombre a Toribio Rubio, propietario de la mayoría de los terrenos de dicha zona y que cedió para su urbanización. La gente empezó a llamarla “Primera” para distinguirla de la “Segunda”, situada más al oeste.
En la calle frente a la Alameda había muchos almacenes, comercios, barracones y cafés, entre los que destacaba el Café Cántabro, que antes estuvo en Becedo. El empresario Alfredo Narbón instaló en uno de estos barracones el Pabellón Narbón, una de las primeras salas de cine que hubo en Santander, y unos años después, en un terreno cercano, construyó la Sala Narbón. Durante los primeros lustros del siglo XX se celebraba en ella la verbena de San Juan.
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