Nuño Pérez de Monroy, quinto Abad de Santander y notario mayor de Castilla.

Las referencias más antiguas que se encuentran del importante linaje de los Monroy tienen poco que ver con la historia y mucho con la leyenda, transmitida principalmente por el cronista de la familia, Alonso Maldonado. Según este autor, la procedencia de este linaje se puede encontrar en un caballero francés de nombre Vigil de Monroy que tuvo que huir de su tierra y que habría estado con don Pelayo en la famosa batalla de Covadonga. Más fidedigna parece la referencia que sitúa el origen de los Monroy en Pedro Fernández Vigil, que llegó en 1180 a Plasencia, con otros repobladores, después de la conquista de la ciudad. En todo caso, los verdaderos creadores de la casa nobiliaria fueron los hermanos Nuño y Hernán Pérez de Monroy, hijos de Pedro Fernández de Monroy y de su mujer Mayor de Saavedra: “Los de Monroy proceden de Hernán Pérez de Monrroi, hermano de don Nuño, abad de Santander, de quien la crónica de los reyes don Fernando 4.º y don Alfonso 11 hacen mención”.

Nuño Pérez de Monroy nació en Plasencia, y la mayor parte de su vida transcurrió en la Corte, a la que se trasladó desde muy joven. El rey Sancho IV lo nombró arcediano de Trujillo y de Campos y abad de Santander, aunque fue con María de Molina, esposa del Rey y madre de Fernando IV, cuando alcanzó su mayor influencia al designarle la Reina su consejero y canciller. También fue notario mayor de Castilla con Alfonso XI. Un ejemplo de la importancia que alcanzó viene señalado por la donación de la encomienda de Zamora que le hizo la Orden de Alcántara en el año 1312, por todos los años de su vida. La transmisión expresamente dice que se hacía por “el mucho bien e la mucha ayuda que el Abad de Santander fizo e faz a la Orden”.

Pero la mayor parte de las donaciones le fueron dadas a Nuño por la Corona y estaban situadas en el alfoz placentino, que se encontraba fuertemente despoblado a principios del siglo XIV. La más valiosa donación fue el señorío de Valverde de la Vera y Jarandilla, en el campo de Arañuelo, que recibió de manos de Fernando IV, en el año 1303: “Dovos que ayades por juro de heredad para siempre jamás Jarandiella e Valuerde, que son en tierra de Plasencia, para vos e para quien lo vuestro ouiere de heredar”, que no fue otro que su hermano Fernán, que recibirá también del rey Fernando IV el lugar de Monroy, en el año 1309. Con todo ello, creó un mayorazgo que se convirtió en uno de los más notables de toda Extremadura.

Una faceta destacada de la labor eclesiástica y humanitaria del abad de Santander fue la creación de la iglesia de San Nicolás en Plasencia y de dos hospitales, uno en la misma ciudad extremeña y otro en Valladolid, en el que llegó a fundar doce capellanías y se atendía diariamente a cincuenta pobres y se daba asistencia a todos los enfermos que lo requerían. El hospital de Plasencia, llamado de Santa María, fue fundado en 1300 y, para su mantenimiento, Nuño Pérez de Monroy dedicó gran parte de las rentas provenientes de las numerosas propiedades que tenía en la villa y en su término.

Murió en Valladolid en 1326 y fue sepultado en la capilla mayor del Hospital que había fundado. Con posterioridad fue trasladado al Monasterio de Las Huelgas, en la misma capital castellana. En su testamento no se olvidó de los hospitales a los que dejó importantes bienes para su buen funcionamiento.

Otro legado de 1.000.000 de maravedís, lo dedicó al rescate de cautivos y mandó que se dijeran veinte mil misas, la mitad de ellas por el alma de la reina María de Molina, por la que llegó a sentir verdadero fervor.

También mandó “que vaya por mí un home de pie a mi costa al Sepulcro Santo de Jerusalén e otro a Santiago de Galicia”.

Bibl.: A. Fernández, Historia y anales de la ciudad y obispado de Plasencia, Madrid, Juan González, 1627, pág. 52; A. de Torres y Tapia, Crónica de la Orden de Alcántara, t. II, Madrid, Imprenta de Don Gabriel Ramírez, 1763, págs. 489- 490; V. Paredes Guillén, “Señorío de Monroy”, en Revista de Extremadura, t. VII (1905), pág. 550; A. Maldonado, “Hechos del Maestre don Alonso de Monroy (con un estudio preliminar de A. R. Rodríguez Moñino)”, en Revista de Occidente, 1935; G. Velo Nieto, “Don Nuño Pérez de Monroy, abad de Santander”, en Hispania Sacra, vol. III, n.º 6 (1950), págs. 319-360; M. Muñoz de San Pedro, Puntualización histórica sobre linaje de Monroy, Badajoz, Diputación Provincial, 1965; A. Franco Silva y J. L. del Pino García, “El señorío de los Monroy (siglos XIII-XV)”, en VV. AA., Actas del Congreso de Hernán Cortés y su Tiempo. V Centenario (1485-1985), Mérida, Junta de Extremadura, 1987, págs. 156 y ss.; B. Palacios Martín (ed.), Colección Diplomática Medieval de la Orden de Alcántara (1157?-1494), I. De los Orígenes a 1454, Madrid, Editorial Complutense, 2003, pág. 311; N. Ávila Seoane, “Monroyes, Botes y Almaraces: tres señoríos tempranos con el concejo de Plasencia”, en En la España Medieval, 27 (2004), págs. 131-163.

Feliciano Novoa Portela / http://dbe.rah.es

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