San Nicolás, San Lázaro, San Juan de Cajo, Santa Marina, San Justo, San Andrés, San Sebastián, Santa María del Mar, San Miguel, San Pedro, San Félix, San Bartolomé, San Cristóbal, la Magdalena, Santa Lucía, San Marcos,San Martín, San Manuel y San Simón.
Originalmente eran un lugar de oración y recogimiento que permitía a un fraile o ermitaño poder cultivar en paz su propia vocación particular. Está relacionado con el concepto de eremitorio, que es un lugar donde existen uno o más frailes o monjes eremitas, al estilo de los Padres del desierto o del yermo o Padres de la Tebaida del cristianismo. Posteriormente, el significado se extendió para incluir capillas, iglesias u otros santuarios, generalmente pequeños, situados por lo común en el campo, y que no tienen culto permanente.