Los doctores Santiuste y Pelayo partieron de Santander hacia Berlín a estudiar este nuevo éxito de la ciencia médica y telegrafiaron al final de sus gestiones dando cuenta al alcalde de que traerían alguna cantidad de linfa,continuando sus estudios en los hospitales de la capital alemana para ver los resultados del procedimiento.
Regresaron, con la adquisición de plasma, a los pocos días. (El Correo de Cantabria, 19-XII-1890.)