“Santander. Una pobre mujer de treinta y cuatro años, llamada Natalia Alacorbe, viuda y con ocho hijos, tres de ellos gravemente enfermos de gripe, intentó suicidarse, matando antes a los tres hijos que se hallaban enfermos. Para ello les hizo ingerir una gran cantidad de disolución de sublimado, tomándose ella el resto… La pobre madre tomó tan loca resolución en un momento de terrible desesperación por la falta total de recursos y por estar ella también atacada de la epidemia” (La Correspondencia de España, 26.10-2).