La ermita de San Martín era el templo de referencia y reunión del gremio más importante de cuantos hubo en la villa de Santander durante muchos siglos, la Cofradía de Mareantes y Navegantes de San Martín de la Mar. Así, en 1417, los aguerridos cofrades establecieron y firmaron en su ermita un concierto con el almirante de Francia, mosén Robín de Bracamonte, por el que se comprometían a servir al rey del vecino país, en calidad de ballesteros y lanzas mareantes, a bordo de la armada gala que se estaba aprestando contra los ingleses; esto ocurría en el contexto de la feroz guerra conocida como de los Cien Años.
TOMADO DEL LIBRO: SAN MARTIN DE BAJAMAR Y EL DIQUE DE GAMAZO