La Casa de Recogidas de Santa María Egipciaca fue fundada por Rafael Tomás Menéndez de Luarca y Queipo de Llano a finales del siglo XVIII, como casa de recogidas para mujeres. De este proyecto aún se conserva un escudo con la máxima de la institución: «Pan aquí a la que trabaja y a la que no, paja, paja» en latín, «Qui non laborat non manducat» esbozado y escrito por el propio Menéndez de Luarca. Quién también participó en la fundación del Hospital de San Rafael, y la Parroquia de Consolación.
Al parecer, como ya vimos en la entrada sobre la Parroquia de Nuestra Señora de Consolación, la Casa de Recogidas se fundó sobre el antiguo cementerio del hospital de Santa María de la Calzada
Este tipo de instituciones “recogían” a mujeres con escasos recursos, a prostitutas, mujeres delincuentes, mujeres solteras y embarazadas, e incluso también a mujeres repudiadas por sus maridos. Las mujeres que llegaban a este lugar pertenecían a lugares dispares de la provincia. Las mujeres que eran recluidas se empleaban en labores de costura y de elaboración de textiles, que eran vendidos y contribuían al sostenimiento de la institución.
De Casa de Recogidas a Cárcel de Santander
En 1819, el edificio es destinado a cárcel. Este uso se mantuvo hasta bien entrado el siglo XX, en que fue substituido por la derribada Prisión Provincial. Su arquitectura panóptica hacía a este edificio un lugar idóneo para instalar una prisión.
Durante el Trienio Liberal (1820 – 1823) existe constancia de su uso como cárcel para los arrestos disciplinarios.
Las condiciones del lugar, en su etapa como cárcel, eran de miseria absoluta. Según la obra de Amador Maestra Sánchez “El cólera en Santander” el médico Don Juan Martínez habló hacinamiento, humedad e incluso lodo en los sótanos del edificio. En el caso de Juan Martínez, acudió a la prisión de Santa María Egipciaca para atender a un recluso enfermo de cólera, durante la epidemia que asolo la ciudad en 1834.
En 1876, la antigua Casa de Recogidas pasa a ser la cárcel del Partido Judicial.
Según narra Simón Cabarga, en su obra “Santander en el siglo de los pronunciamientos y las guerras civiles”. Durante 1879, llegaron deportados de Cuba sesenta y seis presos por su participación en la Guerra de los Diez Años, conflicto previo a la Guerra Chiquita, que posteriormente desencadenará en la Guerra de Independencia Cubana (1895). Entre estos presos cubanos deportados se encontraban los hermanos de los cabecillas de las revueltas, Maceo y Guillermón. Según parece estos presos repartieron gran cantidad de dinero entre otros compañeros de presidio y los pobres que cohabitaban con ellos en aquel misero lugar.
En este punto es necesario destacar que los cubanos revolucionarios eran enviados a España deportados tras las revueltas con el objetivo mantenerlos lejos de Cuba, en el destierro o bien a cumplir condena en una cárcel de una metrópoli. Probablemente son enviados a Santander porque su puerto tiene comercio directo con las colonias y en especial con Cuba desde 1765.
Uno de los últimos usos de María Egipciaca o de la Casa de Recogidas como prisión fue para albergar a los condenados por los sucesos de Octubre de 1934. A partir de ahí la vida penitenciaria se traslada en ese año o el siguiente a la Prisión Provincial de Santander derribada en 2010. El derribo del viejo edificio de María Egipciaca se produjo durante 1936.