CANTABRIA Y SANTANDER EN EL RECUERDO
La Isla de la Horadada es una formación rocosa, de aproximadamente 70 m2 , en el centro de la bahía de Santander y por ello expuesta a las inclemencias del tiempo, de las mareas y de los temporales.
La formación presentaba hasta el año 2005 una curiosa estructura geométrica natural en forma de arco.
Su principal característica estribaba en un arco de medio punto de piedra que permitía que una embarcación pequeña pudiese atravesar el islote.
A finales del Siglo III, según cuenta la historia, la Península Ibérica estaba integrada en el Imperio Romano cuyo antiguo esplendor estaba muy desgastado y a punto de quebrarse, así que en el año 284, Diocleciano, siendo Comandante de Caballería del Emperador Caro, quien era una persona extremadamente religiosa y cuyo culto a los Dioses clásicos chocaba directamente con la cada vez mayor influencia de las nuevas religiones que coexistían en el Imperio, sobre todo con el Cristianismo.
El número de cristianos era cada vez mayor, aunque muchos de ellos se escondían, así que mandó realizar a todos los soldados de sus ejércitos sacrificios a los Dioses, algo que estaba prohibido por la religión cristiana, y condenó a muerte a todos los que se negaron o admitieron públicamente su condición de cristianos.
Emeterio y Celedonio eran dos hermanos que servían en la Legión VII Gémina Pía Félix, que estuvo acampada cerca de la antigua Lancia (hoy León), y que, por ello, con toda seguridad, tiene dedicada León una calle a la Legión VII.
A lo largo de los años, y gracias a su valor en el campo de batalla, se granjearon respeto y honores, siendo honrados con la condecoración romana de origen galo llamada Torques y que se entrega por los méritos al valor, al arrojo guerrero y disciplina marcial, pero tuvieron un grave problema: eran Cristianos y en el año 298 fueron obligados a realizar un sacrificio a los Dioses romanos.
Ellos se negaron admitiendo su condición de Cristianos y fueron llevados a la ciudad de Calagurris, actual Calahorra, donde pasaron varias semanas encerrados soportando diversas torturas para obligarles a elegir entre renunciar a su fe o a su carrera militar, pero se negaron a renunciar a los dos cosas, así que al final fueron condenados a muerte por degollamiento el 3 de Marzo del 298, el último dato histórico fiable que conocemos sobre ellos, ya que Diocleciano mandó destruir todas las actas en el 303.
El poeta Aurelio Prudencio, gloria calagurritana, ha dejado descrita parte de la vida y bellamente narrado su martirio en el primer himno del Peristephanon, escrito, como dicen los críticos, antes del año 401, fecha en que se ausentó de Calahorra para trasladarse a Roma.
Según la leyenda, el hueco de este significativo y emblemático islote,fue abierto por la barcaza de piedra que traía las cabezas de los santos mártires, ya que éstas fueron arrojadas al río Ebro y tras un largo viaje en un barco de piedra por el Mediterráneo y el Océano Atlántico, arribaron a la bahía golpeándose la barca de piedra con esta isla, dándole la forma de arco.
Los restos de estos patronos de la villa, cristianos naturales de la ciudad Romana de Calahorra, La Rioja, fueron conservados en un Monasterio que con el tiempo se convirtió en la actual Catedral de Santander y ahí se les venera.
Existen varias campanas dedicadas a ellos, igualmente en las alcantarillas se puede ver el escudo de Santander y por tanto la dedicación a ellos.
Este es el estudio que se realizo para su reconstrucción que no se llevó a cabo, debido a su alto coste. 300.000 euros.