El Catastro de Ensenada es el nombre que recibe la minuciosa averiguación a gran escala de los habitantes, propiedades territoriales, edificios, ganados, oficios, rentas, incluidos los censos; incluso de las características geográficas de cada población que, desde 1749, se realizó en los 15 000 lugares con que contaba la Corona de Castilla (entre los que no estaban los de las provincias vascas, por estar exentas de impuestos).23 Se trata de la más exhaustiva encuesta disponible sobre Castilla a mediados del siglo xviii. Fue ordenada por el rey Fernando VI a propuesta de su ministro el marqués de la Ensenada. El objetivo era la recaudación de impuestos, pero subsidiariamente se obtuvo información demográfica y económica. El Catastro de la Ensenada se elaboró a partir de un cuestionario que contenía 40 preguntas que debían responder los vecinos o una representación de los mismos. Se considera que este censo pertenece a la época preestadística. Presenta una clasificación por edades y sexos imprecisa, básica e irregular que solo recoge a las provincias de la corona castellana, excluyendo las exentas y las de la Corona de Aragón.
El Catastro nos da una información muy útil sobre la economía de los diferentes lugares, mientras que en los “memoriales” son las declaraciones personales de cada vecino detallando sus propiedades: casas, fincas, animales y rentas, de importancia para el estudio del medio agrario, la distribución de la propiedad, la genealogía o la demografía.
Analizando el sector del cuero en Santander, en el que se han incluido a zapateros, curtidores y guarnicioneros, sumaban 61 empleos, un porcentaje respetable.Tres cabezas de familia se dedicaban exclusivamente a labores relacionadas con el curtido y preparación de cueros y badanas, ninguno declara tener criados, ni grandes utilidades, con la excepción de Manuel Río.Otros tres vecinos se inscribieron como “zapateros de nuevo” en primer lugar, artesanos que preparaban las pieles para la composición de los zapatos, únicamente Juan Toca manifiesta tener a dos oficiales trabajando con él. Los zapateros son 58 en total, 48 de obra prima y 10 de viejo.Tres de los primeros ejercían también como curtidores y otro tenía la ocupación de portero, todos los demás, incluidos los 10 de viejo, se dedicaban exclusivamente a la fabricación o reparación de zapatos. Es un número importante para una población estimada de 3.000 habitantes del núcleo urbano, unos 50 habitantes por profesional, lo que indicaría que llegaban personas de los Cuatro Lugares y pueblos limítrofes a encargar y reparar zapatos a la villa. El más importante de todos ellos debía ser Antonio Ricos, que inscribe a tres oficiales venidos de Cataluña trabajando en su casa, por la que paga 45 ducados de renta al canónigo colegial don José Diego Escobedo. Únicamente tres zapateros más declararon tener dos oficiales con ellos. Ninguno de los inscritos como zapateros remendones tiene trabajando en su casa oficial alguno y las utilidades declaradas son menos de la mitad que los de obra prima.