En 1980 Joaquín González Echegaray y su equipo de colaboradores iniciaron un proceso de estudio, restauración y recuperación del conjunto de edificios que forman la Catedral de Santander que ha permitido conocer mejor el origen de la ciudad.
Las excavaciones arqueológicas desarrolladas en la Iglesia Baja o Parroquia del Cristo (edificio que forma parte del conjunto de la Catedral), efectuadas entre los años 1982 y 1983, se extendieron en un área de 100 metros cuadrados. El principal resultado que los investigadores obtuvieron de esta intervención fue la identificación de al menos cinco periodos de ocupación que van desde el siglo I d. de C. al siglo XIII, momento en el que se levanta el actual edificio.
En el desarrollo de la excavación, se profundizó hasta el nivel geológico del cerro sobre el que se asienta la Catedral, que se encontraba a un metro de profundidad. En los niveles más profundos se identificó una primera fase de ocupación romana datada en el siglo I d. de
C. por los materiales vítreos y cerámicos recuperados, además de un fragmento de bronce de un lampadario y un relleno de opus signinum junto con una atarjea.
Fotografía procedente del libro “La Catedral de Santander” |
Fotografía procedente del libro “La Catedral de Santander” |