Tras el cautiverio de Fernando VII en Valençay, (Francia), el Consejo municipal de Santander decidió encargar a Goya un retrato del monarca para ser colocado en la Sala Consistorial.
El Consejo especificó que el retrato debía ser así: “Ha de ser el lienzo de siete pies de alto por el ancho proporcionado. El retrato deberá ser de frente y de cuerpo entero; el vestido de Coronel de Guardias con las insignias reales. Deberá tener la mano apoyada sobre el pedestal de una estatua de España coronada de laurel y estarán en este pedestal el cetro, la corona y manto: al pie un león con cadenas rotas entre las garras. El trabajo de la cabeza ha de ser esmerado y se desea mucha semejanza”. También se le pedía que lo ejecutara en el menor tiempo posible a lo que Goya respondió que necesitaba por lo menos quince días cobrando por ello 8.000 reales de vellón que se harían efectivos a la conclusión del trabajo. El 1 de diciembre de 1814 firmó un recibo por los 8.000 reales.
Hasta la muerte del rey este lienzo presidió el salón de sesiones del Ayuntamiento de Santander. Después fue olvidado durante un tiempo hasta que pasó a formar parte de la colección del Museo Municipal.
En este retrato Fernando VII lleva varias condecoraciones entre las que destacan la banda de la Orden de Carlos III de color azul y blanco y la gran venera de la Orden del Toisón de Oro que le pende del cuello.
A la izquierda y fondo de la composición, encima de un pedestal vemos una estatua. Se trata de la alegoría de España coronada de laurel y con los pechos descubiertos que, en su momento de realización, estaría coronando al Rey con su mano derecha y que según Salvador Carretero simbolizaría la madre constitucional del pueblo español. Sin embargo, ante los acontecimientos acaecidos en España con la llegada del monarca (abolición de la Constitución de 1812, reinstauración de la Inquisición, etc.) y que dieron como resultado un aplastamiento del régimen liberal, Goya realizó algunos cambios en este retrato, entre los que cabe destacar la eliminación de la corona de laurel de Fernando VII. La figura del león a los pies del monarca simbolizaría la liberación del pueblo español a raíz de la expulsión de las tropas francesas.
El monarca apoya su brazo izquierdo encima del manto de armiño sobre el cual se encuentra la corona y el bastón de mando, símbolos de la realeza.
Llaman la atención la viveza de los colores, sobre todo el rojo del chaleco y del manto de armiño, que dan luminosidad a un lienzo en el que las pinceladas fueron dadas con mucha materia pictórica tan común en muchos otros retratos de Goya.
Para más información biográfica ver Fernando VII.
El lienzo fue restaurado en 1947.
https://fundaciongoyaenaragon.es/
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