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Carlos Ruiz Camino, tal era su verdadero nombre, a pesar de ser considerado,junto a Rodolfo Gaona, como el torero mexicano más reconocido en nuestro país, tiene una estrechísima relación con Santander. Su padre, cuyo segundo apellido era Arruza, por el que era conocido en la capital de La Montaña donde había nacido y ejercido como sastre. Se casó con otra montañesa, Dª Cristina Camino, hermana del poeta León Felipe, quien, por consiguiente era tío carnal del torero. No para ahí la relación; todos sus hermanos nacieron también en Santander menos él, que nació en Ciudad de Mexico donde su padre había emigrado animado por unos amigos, diestros mexicanos, como
sastre de toreros.
Se presentó como matador en Las Ventas madrileñas en el año 44, y fue tan impactante su actuación, sobre todo con las banderillas, que salió de la plaza convertido en figura. Torero muy completo, dominaba todos los tercios. Vistoso con el capote y espectacular banderillero, con la muleta, era dominador y variado, practicando con valor y cierta elegancia el toreo fundamental, sin por eso, dejar de adobarlo al final de sus faenas con alardes encimistas, como su popular desplante del teléfono donde se adornaba apoyando el codo en la testuz de la res. Durante el año 45 sus éxitos alcanzaron tal dimensión, que se le emparejó en competencia con Manolete, en aquella época mandón absoluto del toreo.
(Extracto de artículo de Indalecio Sobrino)