Sus características generales eran idénticas a las de su gemelo el San Celedonio y como este durante los tres primeros meses de actividad la tripulación de la nave fue franco-española.
El San Emeterio, durante los dramáticos hechos del 3 de noviembre de 1893, (la explosión del Machichaco) fue ordenado a ponerse al costado del buque en llamas, con el calabrote de remolque dispuesto para sacarle de los muelles y trasladarle al punto más apartado de la bahía o fuera de ella si fuera necesario, justo en ese momento, se produjo la explosión, ésta provocó la muerte al marinero del gánguil Emilio Méndez, hirió de gravedad a su compañero Robustiano Torres y de carácter leve a los también marineros Andrés Clavo y Eusebio Polidura. También el propio Gánguil sufrió los efectos de la explosión. Al igual que su compañero el San Emeterio, fue protagonista de varios hechos destacados.
En 1937 el San Emeterio, fue remolcado a la dársena de Puertochico donde quedó amarrado en el ángulo sudoeste del espigón.
Allí permaneció en situación de abandono durante años. Dos años después, es adquirido por la empresa Altos Hornos de Nueva Montaña y 2 años después fue transformado en un carguero de 750 toneladas de carga y 568 de registro.
Todavía en 1969, la actividad de la embarcación era notable, como demuestra el total de 122 viajes redondos Santander-San Esteban de Pravia-Santander. Incluso en 1970, año en el que se desguazó, realizó entre los meses de enero y septiembre nada menos que 94 viajes. imagenes y artículo completo en https://vidamaritima.com/2010/09/san-celedonio-y-san-emeterio/
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