- El Regimiento Imperial Alejandro I nació el 2 de mayo de 1813, fecha que conmemoraba el levantamiento de 1808. Fue creado por decreto del zar Alejandro I, quien le dio su nombre. Formado por soldados españoles desetores del ejército napoleónico,se integró en la Guardia Imperial rusa y fue destinado a la corte de San Petersburgo como escolta de la emperatriz madre.
- El Regimiento Imperial de Alejandro volvió a España en 1813 y desembarco en Santander y Santoña el 6 de Octubre
Como consecuencia de nuestra alianza con Francia, nuestra patria saliendo en “auxilio” de los ambiciosos proyectos de Napoleón, había facilitado al Emperador de Francia una potente división de más de 14.000 hombres, de escogidas tropas españolas, que mandadas por el teniente general Excmo. Sr. D. Pedro Caro y Sureda, marqués de La Romana, se encontraba a finales de 1807 en Hamburgo, después de haber peleado valerosamente en el sitio de Stralsund. Al llegar la primavera de 1808 pasaron a Dinamarca, permaneciendo la División unida en la península de Jutlandia, más en el mes de junio y a consecuencia de los sucesos acaecidos en España, fueron diseminadas por todo el territorio danés, según orden expresa de Napoleón, estableciendo en cuartel general en Nyborg, capital de Fionia.
La orden de prestar juramento de fidelidad al rey José produjo gran excitación en el ánimo de los soldados españoles, muy descontentos ya, por las noticias que habían recibido de su patria. Unos regimientos se negaron a prestar juramento, otros se amotinaron y algunos lo hicieron obligados y bajo gran escándalo. Se produjeron escenas conmovedoras, así los dragones de Almansa interrumpieron la lectura de la orden con los gritos de ¡Viva España! ¡Muera Napoleón! y al ser amenazados con un castigo ejemplar rompieron filas en el mayor desorden. En Fionia unos juraron sin dar los vivas mandados, los artilleros juraron lo que jurasen sus oficiales y los zapadores se negaron rotundamente a hacerlo. Las circunstancias referidas inspiraron a muchos soldados y oficiales a fugarse en los buques británicos anclados en el puerto de Langeland.
Tras audaces y rocambolescas gestiones, consiguieron llegar a Langeland y embarcar para volver a la patria más de 9.000 españoles. Otros 5.000 no tuvieron esa suerte y fueron hechos prisioneros por los franceses, así los regimientos de Guadalajara y Asturias fueron apresados en Seelandia tras amotinarse, y el de Algarbe atrapado en la ratonera de Juntlandia. Tras varios años de cautiverio muchos de ellos tuvieron la oportunidad de lograr la libertad y eludir una muerte casi segura, por hambre y enfermedades, enrolándose en los ejércitos napoleónicos allá por el año 1812. La mayoría de estos hombres fueron enviados a la campaña de Rusia integrando el 326 Rgto. de infantería de línea al mando de jefes y oficiales franceses.
Durante la campaña rusa los soldados españoles combatieron desde Vitebsk y Smolensko a Valutina, Borodino y Sbodonobo, pero en su mente solo había un objetivo, el de desertar en masa. Mucho de ellos cayeron en la contienda pero finalmente otros muchos consiguieron su objetivo y se pasaron a las filas rusas. Terminada ya la contienda, el Zar de Rusia Alejandro I formó, uniformó y armó un Regimiento de Infantería de línea con los españoles que habían conseguido huir de las filas francesas. Dicha unidad recibió el nombre de “Imperial Alejandro” quedando al servicio del Zar hasta su repatriación a España.
Dicho Regimiento recibió sus banderas el día 19 de julio de 1813, en recuerdo de la Batalla de Bailén, por decisión del propio Zar, con la clara intención de homenajear a sus nuevos soldados. El representante español ante la corte rusa D. Eusebio de Bordaxi y Azara argumentó así el día elegido para tan importante acto castrense:
“……Hoy hace cinco años que la victoria coronó en los campos de Baylén los primeros esfuerzos del patriotismo español, y que después de una batalla sangrienta rindieron las armas más de 19.000 franceses a un numero casi igual de españoles bisoños, mandados por el valiente y sabio general Castaños. La memoria de un acontecimiento tan memorable me ha decidido a señalar este día para la bendición de banderas al nuevo Rgto. …….”
De esta manera surge una bonita y romántica vinculación histórica entre la Rusia del Zar Alejandro I y el pueblo de Bailén, fiel depositario de aquel hecho de armas que supuso la primera gran derrota de Napoleón y que tanta repercusión tendría en el resto de Europa. Hoy que conocemos lo acontecido y guardamos constancia documental de aquella bella historia en tierras lejanas, no podemos sino lanzar al aire, desde Bailén, una voz de reconocimiento y gratitud al mencionado y respetado Zar de Rusia Alejandro I por haber elegido a Bailén como máximo exponente para agasajar a los soldados españoles a su servicio.