El Rey Sabio ordenó el trafico de cabotaje en los puertos cántabros designando “los ommes que hat de tomar los fiadores”, que eran “en Santander, Bernalte de la Obra y Pedro Ruiz de Ferrera; en Laredo, don Peres y el alcalde Pedro Barranca; y en Castro Urdiales, Pero Divisa, Pero Arnalde y Salomón”. Esto indica un movimiento comercial, que contrasta con el gris panorama de los siglos anteriores. En el último cuarto del siglo XIII era Abad de Santander y Señor de la Villa, Maestre Jofre de Loaysa, hijo de los ayos de la Reina Doña Violante o Yolant, García Jofre de Loaysa (que algún historiador confunde con el Abad), nombrado luego Copero del Rey, y de una dama francesa llamada Jacometa. Maestre Jofre escribió un Crónica de los Reyes de Castilla, y después de ser Abad de Santander durante quince años-entre 1272 y 1287-fue Arcediano de Toledo.
Todo ello demuestra la importancia de la Abadía, destinada a personajes de relieve como éste.
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