Morante de la Puebla cuaja una tarde sensacional, en especial ante su segundo, al que bordó el toreo de capote en los lances de saludo y en varios quites. Con la muleta estuvo personal, inspirado y creador, sobreponiéndose así a una corrida sosa de Juan Pedro Domecq. Cortó una oreja que paseó en una jaleadísima vuelta al ruedo. Sólo el sexto toro lució en el último tercio y fue aplaudido en el arrastre. Manzanares apuntó los detalles que le permitió su lote y Rubén Pinar puso todo su esfuerzo para intentar sobrevivir al paso de Morante.
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Foto: Juan Pelegrín