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El lobo ibérico

El lobo ibérico (Canis lupus signatus) es una subespecie de lobo (Canis lupus) autóctona de la Península Ibérica, y por tanto en España y Portugal
El tamaño es medio, algo más pequeño que otros lobos europeos. De largo miden desde 130 hasta 180 cm los machos, y desde 130 hasta 160 cm las hembras. La altura de cruz puede llegar a los 70 cm. Los machos adultos pesan generalmente entre 30 y 40 kg, y las hembras pesan de 20 a 35 kg. Presentan cabeza grande y maciza, orejas triangulares relativamente pequeñas y ojos oblicuos de color amarillento. El hocico presenta unas manchas blancas en los belfos denominadas bigoteras. Su pelaje es heterogéneo, de tal forma que se describen unas franjas longitudinales oscuras o negras cubriendo la parte anterior de sus dos patas delanteras, una mancha oscura a lo largo de la cola, y otra mancha oscura alrededor de la cruz a la que se le conoce como silla de montar.
El conjunto de estas marcas o manchas oscuras, son las que le han dado el nombre “signatus” a esta subespecie de lobo, puesto que “signatus” (en latín) significa “signado” o “marcado”.
Los lobeznos al nacer presentan tonos oscuros uniformes.
En movimiento llama la atención el poderío de los cuartos delanteros en relación a la grupa, levemente caída.
El lobo ibérico estuvo presente en toda la Península Ibérica durante siglos, tanto es así que llegó a habitar casi todo el territorio peninsular hasta los años 1900, no obstante, estuvo a punto de extinguirse en los años 70 del siglo XX, debido a que en España y durante el gobierno de la dictadura franquista hubo una campaña de exterminio contra este animal, una campaña que comprendería los años 1950 y 1960 y que erradicó a esta subespecie de todo el país exceptuando la parte noroeste y algunas áreas aisladas de Sierra Morena. Además, en Portugal, una política similar con similar resultado borró de sus campos al lobo de todo el territorio que abarca desde el Río Duero hacia el sur, sobreviviendo tan solo algunos grupos reducidos en algunas áreas concretas como las comarcas zamoranas de Sanabria y Sayago. Si apenas pudo ser salvado, sería gracias a la labor de varios naturalistas y divulgadores como el español Félix Rodríguez de la Fuente.
Hoy es un animal protegido y desde los años noventa se encuentra en franca expansión a lo que se añade el aumento de densidad en las zonas tradicionales. Se tiene noticia de que las poblaciones asentadas en Castilla y León están avanzando hacia Extremadura, Madrid, Aragón y Guadalajara. Las poblaciones de Andalucía han tenido menos suerte y parece que los últimos lobos de Sierra Morena han desaparecido en los últimos años. Abunda al noroeste de la Península, principalmente en la provincia de Zamora, en alguno de cuyos términos municipales se le culpa de la muerte masiva de rebaños de ovejas, como las que ocurrieran en la localidad de Carbellino a principios de los 80.
Según algunos autores, hacia 1988 se estimó que la población del lobo en España era de entre 1500 y 2000 ejemplares. En el año 2002, se calcularían al menos unos 2000 lobos, y en Portugal se calculan de 300 a 400 ejemplares de lobo ibérico.
El lobo ibérico está catalogado como especie vulnerable en el Libro rojo de los vertebrados de España, y como especie casi amenazada en el Atlas de los mamíferos terrestres de España.
Este lobo es uno de los pocos grandes carnívoros que existen en la Península Ibérica, y como depredador, se alimenta básicamente de las presas que caza, grandes herbívoros y otros mamíferos de porte menor.
El doctor Félix Rodríguez de la Fuente, realizó diferentes estudios para concretar la dieta del lobo ibérico en España, y según los resultados extraídos, esta podría estar compuesta por: grandes mamíferos (como corzos, muflones, ciervos…) en un 35%, ovejas en un 24%, conejos en un 14%, ratones de campo en un 9%, carroña un 7%, reptiles y aves en un 5%, insectos y vegetales un 4%, y otros carnívoros (como zorros o perros) en un 2%.
es.wikipedia.org
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