Esta fiesta, comenzó a celebrarse en el siglo XIV, y cuenta como elementos ornamentales con una custodia del siglo XVI, obra del platero Jerónimo de San Miguel, y el Carro Triunfante del siglo XVIII, ambas piezas de propiedad municipal. Una ordenanza municipal del siglo XVII ya explicaba la antigua costumbre de adornar las casas durante la festividad del Corpus y salir con los carros ornamentados con estandartes y pendones, así como los castigos que los juzgadores podrían imponer a quien no acatase estas órdenes. Fotos: José Ramón González