Podemos tener toros / http://www.claudioacebo.com/
Centremos el debate: la oposición en bloque aprobó en el pleno de Santander una moción contra una subvención -eso dicen-, de 100.000 euros del ayuntamiento santanderino a la Feria Taurina de Santiago. Conviene recordar a estos concejales, que la cantidad aprobada es para el mantenimiento del Patrimonio Artístico -la plaza centenaria- y sus tres trabajadores, haya o no toros. Imagino que su catalogación como bien de interés cultural merecerá ese mantenimiento anual. Entenderá también la oposición, que echar hoy día a tres trabajadores, además de ser funcionarios, llevaría consigo una protesta con acampada incluida en la misma plaza de sindicatos y de ellos mismos que ‘tanto velan’ por los puestos de trabajo.
La oposición en este caso, también ha tirado a la papelera el trabajo de impacto económico realizado por la Universidad tan ponderada cuando a ellos les interesa: son siete, los millones que entran en Santander esa semana. La Asociación de Hostelería hace años que pidió al consistorio adelantar unos días la Feria para obtener más ingresos; por algo sería.
Resumir en pocas líneas lo que supone para nuestra capital esta Feria es complicado. No trato de convencer a nadie. Algo más simple, mantener un poco de coherencia. Porque en el fondo, solo hay algo que obsesiona a Podemos y a su cuadrilla según cuentan en redes sociales, “…espero que sea el principio del fin del toreo en Santander y Cantabria”. Sinceramente, hay algo extraño en esta toma de decisiones cuando los actuales y anteriores consejos de administración de la plaza han aprobado por unanimidad siempre, las cuentas. Saquen ustedes sus conclusiones.
Sorprende esa unanimidad año tras año viendo caras muy conocidas en las ‘localidades de cortesía’ de muchos de sus dirigentes y simpatizantes. Por eso no me creo nada de lo que dicen, aquí hay algo más. Una lucha cainita -como siempre- por el poder. Solo seis meses y ya sabemos cómo actúan: todo lo que salga de su boca está bien. Si lo dicen otros, no tiene razón de ser. Pero no me sorprende para nada su comportamiento. Me inquietan otras formaciones de larga trayectoria apuntándose a ‘estas guerras’ de dudoso beneficio político. Espero con especial interés al próximo consejo de la plaza de toros y escuchar lo que dicen sus representantes a todo este despropósito. Mientras tanto, la hostelería seguirá preocupada porque muchos de sus ingresos lo generan esos sietes días en los que Santander es un punto de atención en España y sur de Francia porque aquí ‘podemos tener toros’ a pesar de sus caprichos.