A mediados del siglo XVI, Santander era el principal puerto exportador de lana del Cantábrico, si bien la poca diversificación comercial y su dependencia de Burgos serán algunas de las causas de la decadencia del puerto que se prolonga hasta mediados del XVII. Como consecuencia de ello, el crecimiento de la ciudad se paraliza y sufre un proceso de despoblación, claramente patente en el abandono de la Puebla Vieja, que aparece ocupada en su mayor parte por huertas.