En la desaparecida calle de Antonio de la Dehesa, estaba la taberna de Salus, convertida en bar con ínfulas modernistas, pero que a pesar de ello mantenía el rito del chiquiteo: había allí un vinillo de la Nava rival del que se expendía en “La sacristía”, como “santuario báquico” erigido sobre soleras con cuatro dedos de madre.
De “Santander en la historia de sus calles”, de J. Simón Cabarga