HA progresado mucho. Hoy está haciendo un magnífico edificio de Correos, un Banco de España, un flamante
teatro. El antiguo se quemó; era un venerable teatro, en el que cantó Tamberlik. Sus paredes, hoy arregladas, sirven para almacén. Ha hecho también un gran hotel a la moderna, con todos los adelantos, y una gran avenida con el nombre de una ilustre dama, y un palacio, estilo inglés, en la península de la Magdalena, que ha regalado a los reyes. Ha cubierto de tierra el muelle, formando un bulevar bordeado de plátanos. Ha derribado el antiguo Casino del Sardinero para construir uno más grande y más blanco, en el que unos señores, vestidos con chaquetas encarnadas y pantalones cortos, salen a tocar a la terraza .
Hay también un real tennis en la Magdalena, con premios; un real Tiro de Pichón, con premios también, donde
se fusila impunemente a estas aves, mientras las damas,vestidas con trajes ligeros y vaporosos, toman el té, y unas
reales carreras con muchos más premios. Pero nosotros sentimos más admiración por el viejo Santander de hace algunos años. Todavía no estaba hecha la estación del forro carril de Bilbao; lo que son hoy los jardinillos del muelle era entonces agua; los barcos anclaban hasta muy cerca de las casas del muelle, y en lo que hoy son paseos y hay estatuas y fuentes, veíamos en seco y varados, cuando la marea era baja, los pataches, traineras y algunos barcos de vapor.