El hospital de San Rafael (siglo XVII)

CANTABRIA Y SANTANDER EN EL RECUERDO

La propuesta de creación del hospital partió del obispo Rafael Tomás Menéndez de Luarca, que obtuvo el 12 de enero de 1791 licencia para su construcción del rey Carlos IV , y años más tarde se ocupará de la casa de recogidas o casa de corrección de mujeres Santa María Egipciaca y de la remodelación de la casa de expósitos.

Rafael Tomás Menéndez de Luarca Nació en Luarca (Asturias) el 22 de noviembre de 1743, y ordenado sacerdote con 27 años, llegó a ser obispo de Santander en 1784.

Entre otras acciones en favor de su diócesis, proporcionó una huerta para la Casa de Expósitos y edificó la Casa de Acogidas.

Pero su obra más importante fue el comienzo del hospital de San Rafael (hoy sede del Parlamento de Cantabria).
Hombre de letras y de acción, facilitó la instalación de la primera imprenta que hubo en Santander.

En 1794 escribió contra la revolución francesa y sus doctrinas.

Fue obispo de Santander durante la Guerra de la Independencia contra Napoleón y exortó a los montañeses a la lucha contra el invasor.

Éste y posteriores escritos contra el filosofismo y la corrupción de costumbres se publicaron en 1811 en cuatro tomos bajo el título de “Viva Jesús-Opúsculos Christiano-Patrios…”.

En 1808 fue elegido presidente de la Junta Suprema de Cantabria que se formó debido a la invasión de los franceses, y más tarde fue proclamado Regente de Cantabria, participando en las acciones militares.

Napoleón, en un decreto de amnistía, no admitió la de Menéndez de Luarca que se retiró a Inglaterra, entonces aliada de España, regresando a Santander en 1814 para continuar en su diócesis en la que se mantuvo durante 35 años.

Murió en Cayón el 20 de junio de 1819 estando de visita pastoral.

El edificio se construyó a partir de un proyecto elaborado en 1787 por José Alday Fernández, natural de la localidad vizcaína de Ceberio y procedente de los círculos de ilustrados que nutrían la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País y el Real Seminario Patriótico de Vergara.

Alday había entrado en contacto con el Obispado santanderino en 1784 y sería Maestro Mayor de Obras de la ciudad entre 1777 y 1819.

Los trabajos comenzaron en verano de 1791, en un solar de la calle Alta en parte adquirido por Menéndez de Luarca y parte cedido por el ayuntamiento a solicitud del religioso.

La construcción, a cuya financiación contribuyó el Real Consulado de Mar y Tierra con 60.000 reales, fue muy rápida y prácticamente se concluyó en 1791.

En 1834 y en virtud de una Real Orden, la Junta Municipal de Beneficencia se hizo cargo del hospital, de cuyo régimen interno se harán cargo a partir de 1847 y hasta su desaparición las Hermanas de la Caridad.

Asilo, hospicio y casa para pobres. Lo llevaban las monjas de la Caridad hasta que se convirtió en centro asistencial clínico en 1820.

Su arquitectura se reduce a un cuadrilongo, en cuyo centro hay un gran patio cuadrado con dos galerías de arcadas, alta y baja, por las cuales se pasa a las habitaciones.

La fachada principal se compone de una arquería sobre machones en el piso bajo, y un segundo cuerpo liso con ventanas y un nicho adornado con pilastras, cornisamento y frontón de orden dórico.

Las demás fachadas, son muros lisos, en que se abren ventanas cuadrangulares.

En el piso bajo hay capilla para el servicio espiritual de la

casa: tiene jardín, huerta, aljibe y pozo.

Se asisten en él un día con otro 100 enfermos, habiendo acomodo para más de 200.

El número de estancias anuales es de 24.000 por término medio.

A finales de siglo, las dotaciones de San Rafael experimentaron una sensible mejora merced a la diversas iniciativas impulsadas por el doctor Juan Pablo Barbáchano, quien asciende en 1886 a médico de visita en el Hospital San Rafael y en 1903 es elegido Presidente del Colegio de Médicos de Santander, y nombrado Director del Hospital San Rafael en 1905.

El Hospital de San Rafael recibió heridos de la guerra de la Independencia y de la explosión del Machichaco y curó enfermos hasta que la Casa de Salud Valdecilla cogió el testigo.

Diego Argumosa y Obregón (1792-1865)
En el triste panorama que ofrecía España en el primer tercio del siglo XIX, comenzó a destacar una figura comparable a la de los grandes cirujanos de Francia o de Inglaterra.

Nos referimos a Diego de Argumosa y Obregón. Nació el 7 de julio de 1792 en Puente de San Miguel, Santander.

Realizó sus primeros estudios en la escuela del pueblo y el bachillerato en el Colegio de los Padres Escolapios de Villacarriedo.

Argumosa se convirtió pronto en el cirujano de más prestigio del país.

Ideó métodos de blefaroplastia para tratar la pérdida total de la mitad externa de ambos párpados o el cáncer de párpado inferior. Practicó una técnica de queiloplastia para tratar los cánceres labiales.

Introdujo asimismo numerosas mejoras en las rinoplastias.

Entretanto, en 1918 se constituyó una asociación para la construcción de un nuevo hospital y en 1928, se inauguró la Casa de Salud Valdecilla que conllevó el cierre de San Rafael.

En las décadas siguientes, el edificio conoció diversos usos.

A comienzos de la década de los cuarenta y hasta la construcción del campus actual de las Llamas, fue temporal escenario de cursos de verano de la refundada Universidad Internacional Menéndez Pelayo, lo cual hizo que temporalmente fuera regido por el Ministerio de Educación Nacional, mientras el resto del año era compartido por la Escuela de Artes y Oficios, la Escuela de Náutica y el Conservatorio de Música.

Años más tarde, después de que la Diputación Provincial decidiera readquirir en 1962 el edificio para convertirlo en su sede de cultura, se efectuaron diversas actuaciones que evitaron su derrumbe.

La sede del Parlamento de Cantabria ocupa los remozados espacios del antiguo Hospital de San Rafael situado en la calle Alta frente al convento de franciscanas clarisas de Santa Cruz de Monte Calvario fundado en 1656 por doña María de Oquendo y doña María Candategui y cedido para fábrica de tabacos en 1822 con las primeras medidas enajenadoras del Trienio Liberal.

La rehabilitación del bloque no llegó a buen puerto y la ruina volvió a amenazarlo.

Finalmente, en 1982, la Asamblea de Cantabria decidió ubicar en él su sede.

Aquel mismo año se eligió en concurso un proyecto de recuperación de José Manuel Sanz Sanz y Juan López-Rioboo Latorre en el que colaboró Luis de la Fuente Salvador que reaprovechaba buena parte los elementos arquitectónicos preexistentes.

El edificio fue reinaugurado el 6 de abril de 1987.

En 1993 fue declarado Bien de Interés Cultural.

 

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