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El Seminario y la Universidad Pontificia de Comillas

El Seminario y Universidad Pontificia de Comillas es la institución que, como «Seminario de Pobres», le propuso en 1881 el jesuita Tomás Gómez Carral (1837-1898) a Antonio López López (1817-1883), primer marqués de Comillas, quien aceptó su patrocinio, que continuó su hijo Claudio López Brú (1853-1925), segundo marqués de Comillas, y que comenzó su actividad en esa villa montañesa en enero de 1892 como Seminario Pontificio aprobado y erigido por León XIII, siendo reconocida en 1904 por Pío X como Universidad Católica erigida canónicamente. Después de setenta y cinco años de modélica actividad, decidieron en 1968 su «traslado» total a Madrid, tras haber decretado en 1960 el de la Facultad de Derecho Canónico, como delegación comillesa en la capital de España. Quedaron en Comillas unos inmensos edificios, de los que pronto de deshizo la Iglesia (con la condición de que los nuevos propietarios han de conservar la iglesia existente y «que no se de a los edificios un destino incompatible con la doctrina católica»). Propiedad durante años de Caja Cantabria, permanecieron inutilizados y en progresivo deterioro, privando a la hermosa localidad marinera, consumada la traición, de esa actividad escolar y académica que habían anhelado con gran esfuerzo sus promotores, hasta que en 2006 inició su actividad la Fundación Campus Comillas, que tiene previsto a partir de 2008 convertir a Cantabria a través de Comillas, en capital del Hispanismo y en capital del español.
La primera piedra del edificio inicial del Seminario, que sería conocido como la Cardosa por el nombre del sitio donde Antonio López decidió construirlo, se colocó el 20 de mayo de 1883, ya fallecido el fundador. Diseñado por el arquitecto Juan Martorell a partir de elementos gótico-mudejares, y levantado bajo la dirección de su discípulo Cristóbal Cascante, forma un rectángulo de cien por sesenta metros: en 1889 ya estaba concluido, y fue ocupado por los primeros alumnos los días 7, 8 y 9 de enero de 1892. A partir de 1904, cuando el Seminario Pontificio pasó a ser también Universidad Pontificia, que podía conferir grados académicos, aumentó notablemente el número de alumnos, haciéndose necesaria una ampliación. (198 alumnos en 1905, 232 en 1908, 293 en 1910.)
En 1909 se iniciaron las obras de un segundo edificio, sencillo y sin mucho ornato, culminado en abril de 1912 como Seminario Menor, un pabellón largo y estrecho –114×14 metros– donde se trasladaron gramáticos y retóricos, quedando más cómodos filósofos, teólogos y canonistas en el edificio primitivo. El pabellón del Seminario Menor fue financiado por la señorita Carmen Zozaya, generosa dama donostiarra con fortuna de origen cubano. Este edificio fue conocido por los comilleses como la fábrica de harinas. Mientras, se fueron incorporando también nuevas fincas a la propiedad y en 1920 se levantaron instalaciones para la nueva imprenta de la Universidad. (384 alumnos en 1917.)
Después de la guerra civil se decidió establecer en Comillas un Colegio Máximo (como «Escolasticado» de la provincia jesuítica de León). Fue necesario levantar un tercer edificio, inaugurado en 1944, a continuación del Seminario Menor, una vez obtenidas por la Compañía las licencias requeridas para tal construcción «privada» sobre terrenos pontificios. El edificio del Colegio Máximo fue financiado en su mayor parte por el empresario bejarano Leandro Cascón Pablos (fallecido en 1954, hermano del jesuita Miguel Cascón, autor en 1937 de Menéndez Pelayo y la tradición y los destinos de España).
Por último, el resurgir de las relaciones políticas hispanoamericanas una vez acabada la segunda guerra mundial, facilitaba un renacer de la voluntad hispánica de la institución, y el 12 de diciembre de 1946, festividad de Nuestra Señora de Guadalupe, se puso la primera piedra del Pabellón Hispano-Americano, oficiando de madrina doña Mercedes Güell. Este inmenso cuarto edificio se fue construyendo detrás del Seminario Menor, y aunque el Hispanoamericano entró en servicio a finales de los años cuarenta, quedó inacabado. Pronto le pusieron de mote el cuartel de la Montaña.
El traslado de Facultades a Madrid desde 1960, culminado en 1968, supuso el inicio del fin de toda actividad en Comillas y el progresivo abandono de los edificios.
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