—¡El fútbol—me dice de pronto—, el fútbol es lo que es bonito! ¿Verdad? En Barcelona hay unos equipos estupendos: el «Barcelona» y el «Español… ¡Úy, si los viera usted lo bien que juegan!… ¿No lo ha visto usted nunca? —No. —¿A Zamora, no? —No. —¿Ni a Samitier, ni a Sastre? —No. —¿Ni a Platko?… ¿Tampoco le ha visto usted jugar a Platko? —Tampoco. Carlitos me mira, compadecido. —¡Uy, qué lástima!
Estampa (Madrid. 1928)