El Cardenal José María de Cos,Arzobispo de Santiago de Cuba

 

Cos y Macho, José María de. Terán de Cabuérniga (Cantabria), 6.VIII.1838 – Valladolid, 17.XII.1919.

Arcediano, teólogo, obispo de Mondoñedo, arzobispo de Santiago de Cuba, Madrid y Valladolid, cardenal.

Aunque de familia humilde, con la protección de los jesuitas, que descubrieron en él aptitudes intelectuales, realizó los estudios de Latín en Segura (Guipúzcoa), entre 1851 y 1853. Terminados éstos, regresó a su tierra para cursar en el seminario de Monte‑Corban los estudios de Filosofía y Teología, que coronó con las más brillantes calificaciones. En 1863 perfeccionó sus conocimientos teológicos en Valladolid para trasladarse seguidamente a Salamanca, en cuya universidad obtuvo el título de doctor en Teología el 12 de octubre de 1864. Con anterioridad había recibido el presbiterado el 20 de septiembre de 1862. En mayo de 1865 opositó en la catedral de Oviedo para cubrir la canonjía magistral y obtuvo la prebenda. Durante los veintiún años que permaneció en la capital del Principado de Asturias dio muestras de erudición, piedad y trabajo asiduo y constante no sólo en el desempeño de las obligaciones de su canonjía, sino también de las de director general de las dos grandes instituciones del Catecismo de niñas y de las Conferencias Morales.

Fue también consiliario de las Hijas de María y vocal de la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de la provincia de Asturias. León XIII lo preconizó obispo de Mondoñedo el 10 de junio de 1886. Recibió la consagración en la catedral ovetense el 12 de septiembre sucesivo de manos del arzobispo de Santiago de Compostela, Victoriano Guisasola Rodríguez.

En los tres años que rigió la diócesis implantó la obra del catecismo, amplió el seminario, dotó de un mejor servicio espiritual a la ciudad de Ferrol, creando dos nuevas parroquias y preparando una casa para religiosos misioneros. Introdujo la costumbre de los ejercicios espirituales para el clero y de las misiones para el pueblo, ganándose el aprecio de uno y otro; sin embargo, tuvo que sufrir también varios disgustos, y no consiguió someter del todo al cabildo.

En cuanto a la archidiócesis de Santiago de Cuba, para la cual fue preconizado el 14 de febrero de 1889, sin haber tomado posesión de ella ya le había prestado varios servicios; indujo al Gobierno para que restableciese en el presupuesto la dotación de los coadjutores que habían sido suprimidos; que le diesen medios para aumentar los alumnos de aquel seminario, y que se declarase mediante una ley que estaban anualmente exentos de filas los jóvenes de la Península que estudiaban en aquel seminario la carrera eclesiástica para servicio de la diócesis. Para afrontar las necesidades espirituales, el nuevo arzobispo organizó muchas misiones, ayudándole todo el clero de que podía disponer, e inauguró con éxito las escuelas de catecismo. El 14 de julio de 1892 fue nombrado arzobispo-obispo de Madrid-Alcalá. Levantó el seminario definitivo de la capital de España al adquirir, de los herederos de los duques de Osuna, el palacio de las Vistillas, próximo a la catedral y al obispado.

El 16 de abril de 1901 fue nombrado arzobispo de Valladolid; san Pío X lo creó cardenal en el consistorio del 27 de noviembre de 1911 y le asignó el título de Santa María del Popolo. En esta ciudad celebró un congreso catequístico nacional en marzo de 1912.

Fue senador por la provincia eclesiástica

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