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La accidentada corrida de la prensa de 1923: Rafael El Gallo en prisión

El viernes 24 de agosto de 1923 se celebró en Santander la corrida de la prensa, con una gran expectación pues en el cartel figuraban Rafael ‘El Gallo’, Julián Sáinz ‘Saleri II’, Manuel Jiménez ‘Chicuelo’ y Victoriano Roger ‘Valencia II’, además de los toros de doña Carmen de Federico.
 
El público se enfadó ya en el primero de la tarde con Rafael por su inhibición, lo que le supuso ya oír una gran bronca, algo similar a lo que sucedió en el segundo de su lote. 
 
En el 4º resultó cogido ‘Valencia II’, por lo que la lidia del 8º y último del festejo le correspondió al director de lidia, es decir, al ‘Gallo’.
 
Cuando salió el toro se llevaban más de tres horas de corrida; eran las 19’15 y, dado que el día había sido lluvioso y encapotado, apenas se veía nada, pues la plaza no contaba con iluminación artificial.
 
Rafael dejó pasar el tiempo sin apenas acercarse al animal, por lo que cada vez la oscuridad era mayor, lo que encrespó a los espectadores que comenzaron a lanzar almohadillas al ruedo. El matador quiso hacer ver que una de ellas le había lastimado por lo que decidió irse a la enfermería. La bronca comenzó a alcanzar cotas preocupantes, ante lo cual el presidente llamó a los matadores y les exigió que mataran al toro. Estos arguyeron que era imposible y optaron por abandonar la plaza por el patio de cuadrillas.
 
La violencia en los tendidos se desató, con conatos de incendio y de agresión a los diestros, que, en el caso del Gallo, llegó a consumarse. El presidente ordenó desalojar la plaza a las fuerzas de orden público y detener al matador, al que hizo responsable de los disturbios.
 
La guardia civil lo condujo al Gobierno Civil. La multitud, contra la que había cargado la fuerza pública, acudió en masa hasta el citado edificio con el fin de esperar al Gallo y consumar el linchamiento. El gobernador ordenó de nuevo a la policía que dispersara a los indignados espectadores, lo que supuso instantes de gran violencia en las calles de la ciudad norteña.
Finalmente, Rafael pasó la noche en prisión. A primera hora del día siguiente abandonó la cárcel no sin antes obsequiar con churros y aguardiente a todos los presos. El diestro solicitó la puesta en libertad ya que el día 26 toreaba en Sanlúcar de Barrameda, junto con ‘Gitanillo’ y ‘Carnicerito’, ante astados de Carmen de Federico. El festejo se saldó con una nueva bronca monumental para él.
Javier Vellón / http://lagraciatoreadora.blogspot.com
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